La Capital

Veladores de Victoria trabajan sin ‘armas’

Advierten vigilantes que no portan armas para realizar su trabajo y carecen de todo; uniformes, de gas, esposas, macanas. Todo lo tienen que comprar con lo que reciben de cooperación.

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- “Somos vigilantes, no policías; carecemos de muchas cosas. Ni uniformes nos dan; el gas y las esposas las tenemos que comprarlo nosotros” denuncian un grupo de veladores entrevistados, ante la ola de robos que se ha registrado en la ciudad.

Juan, Carlos y Mario tienen más de 20 años de trabajar cono veladores y “policías auxiliares” en diferentes puntos de Victoria, pero señalan que no están armados , por lo que al tratar de someter a alguien, podría costarles la vida.

Victoria tiene varios sindicatos de veladores; CTM y CROC son los más numerosos, pero al tratar de entrevistar a sus representantes por más de un mes no se pueden encontrar sus oficinas abiertas.

“Nosotros somos vigilantes, si veo que una sola persona tal vez lo enfrento, pero a nosotros nos dicen que, no nos metamos en problemas, solamente reporto y una unidad se debe encargar”.

Al ver un sospechoso, de inmediato lo comunicamos al 911 para que se presente una unidad, pero la operadora realiza muchas preguntas y la unidad llega cuando el robo o daño fue cometido.

“El problema es que las unidades llegan después de tiempo, por eso se presentan muchas cosas”.

Sin armas, ni elementos necesarios no se puede hacer mucho para detener a los ladrones sin exponer su vida.

Los veladores abordados en colonias como: la Libertad, Portillo y San Ignacio señalan que aún tienen reuniones periódicas pero lo hacen fuera de sus oficinas, ya que en ellas no cuentan con energía eléctrica ya que está cortada.

“En las reuniones tocamos tema de seguridad como; robos en varias colonias de la ciudad” .

Hacemos lo humanamente posible para vigilar y recorrer las calle de las colonias que nos tocan.

Aceptan que no tienen un salario, por lo que sobreviven del recurso que les da cada vecino. Muchas veces nos sacan la vuelta por lo que en cada recorrido nos dan menos de 10 pesos y la mayoría no copera.

De esa cooperación tienen que sacar dinero para la comida diaria, estudios de sus hijos y para comprar material para realizar su trabajo, como comprar gas lacrimógeno, esposas y hasta macanas.

Sobre las carencias, dijo que carecen de uniforme que tienen que comprar, por lo que muchas veces andan con camisas y pantalones rotos por el uso constante, incluso a veces tenemos que recurrir a las donaciones de los vecinos.

“Yo traigo gas porque lo compro, trago esposas porque son mías, y la macana ya no la cargo porque nomas nos estorba para actuar. pero también tengo dos que compre” dijo.

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