La Capital

El río Guayalejo, la mejor alternativa para resolver crisis de agua en Victoria: Navarro Beltrán

Por Felipe Martínez Chávez

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Para Antonio Navarro Beltrán, experto en temas hidráulicos, la solución más viable para resolver el abasto de agua en esta capital es traerla del río Guayalejo.

Esto conlleva construir un acueducto con obras de toma en el lugar conocido como La Encantada, del municipio de Llera, hasta terminar en lo alto de la colonia Amalia González Caballero, al poniente de Victoria.

En comparación con el proyecto de la segunda línea de la presa Vicente Guerrero hay coincidencias: Una distancia aproximada de 55 kilómetros y  un costo de mil 300 millones de pesos.

La gran ventaja: Desde Llera la conducción sería por gravedad con un considerable ahorro en consumo de energía eléctrica.

No se necesitan más estaciones de rebombeo, y por ser agua de buena calidad no amerita planta potabilizadora y, por gravedad, la distribución en el 90 por ciento de la mancha urbana.

Navarro conoce el tema. Fue gerente general de Comapa de Victoria a partir de  1983 y Gerente Técnico en años recientes. En la iniciativa privada se dedica a la construcción de obras hidráulicas.

EL PROBLEMA ACTUAL: ROBO DE AGUA Y FALTA DE MEDIDORES

Está enterado del proceso de suministro a la ciudad y sus problemas. Considera que los usuarios deben ser enterados que el agua es un recurso renovable, finito e insustituible, que hagan conciencia de la necesidad de cuidarla y aprovecharla al máximo.

En teoría, hace ver, que el caudal que recibe la ciudad -aun en época de estiaje- de mil 350 litros por segundo, es suficiente para cubrir la demanda actual de población con 250 litros por habitante por día.

En la práctica hay factores que lo impiden, como la infraestructura obsoleta, tubería desgastada por un uso de entre 70 y hasta cien años, donde las fugas son constantes.

Sin embargo, manifiesta, “la principal fuga es el agua no contabilizada” que se refiere a tomas clandestinas -robo del vital líquido- y la no medida.

Hay medidores pero muchos no funcionan y “al usuario se le cobra el consumo mínimo y lógicamente el real es mucho mayor”.

Un análisis de 2019 dice que, del caudal que llega a la ciudad solo se cobró el 33.3 por ciento. Del restante 66.7 no hay razón en las cajas registradoras.

Del 40 por ciento del agua que se pierde, un 12 lo es por fugas en la red y el resto por tomas clandestinas y medición deficiente. Es el estándar de los últimos años.

En opinión del ingeniero Navarro, es ahí donde está el problema. Si se hiciera una regularización del clandestinaje e instalación de micromedidores domiciliarios, además de efectivamente cobrar, “se abatiría el consumo y el caudal sería suficiente para cubrir la demanda”.

-¿Hay alternativas de abasto?

-Creo que antes debemos eficientar la distribución, recuperar esa agua no contabilizada e ir adecuando la infraestructura, de tal manera que se pueda bombear directamente a tanques y de tanques a red, no de red a tanque.

TRAER AGUA DE LA PRESA RESOLVERÍA EL PROBLEMA HASTA 2035

Habla del proyecto de la presa Vicente Guerrero, que no es la solución total.  Hay concesión para sustraer  500 litros más por segundo.

Tal inyección a la red resolvería el problema de momento, con seguridad hasta el año 2030 y máximo al 2035, “por lo que también es conveniente que se esté trabajando ya en otra fuente alterna”, manifiesta Navarro.

Hoy mismo la Presa Vicente Guerrero es la principal fuente, pero en periodos de prolongado estiaje los niveles descienden drásticamente, “de tal manera que ya no tiene el ciento por ciento de confiabilidad”.

En 2001 el almacenamiento del vaso lacustre descendió al 7 por ciento de su capacidad, lo que obligó a hacer una serie de actividades que permitieran rebombear al cárcamo en tanto la calidad del líquido descendió, como hoy, por la turbiedad y la generación de daños a los equipos de bombeo.

-¿Por qué habla de 500 litros y no de mil?

-Es lo que se tiene concesionado. Esos 500 son adicionales a los mil que se extraen. Tengo entendido que administraciones de Comapa hicieron la gestión ante la Conagua y fue lo que lograron.

El diseño original del acueducto, con dos líneas, fue para dos mil litros, pero la concesión no se otorgó.

AGUA DESDE JAUMAVE Y ABASOLO

A partir de la contingencia del 2001 los ingenieros buscaron alternativas para dotar a la capital de suficiente agua. Navarro y un equipo analizaron opciones.

Encontraron que el manantial Los Nogales, en Jaumave, se encuentra a una elevación de 550 metros sobre el nivel del mar, a una distancia de 37.5 kilómetros de la capital con gasto de hasta tres metros cúbicos por segundo en época de sequía.

Estudiaron la posibilidad de traerla del manantial La Azufrosa, en el municipio de Abasolo, a 83 kilómetros, que genera un promedio anual de 9 metros, suficiente para los mil litros que requiere ciudad Victoria.

Fueron al paraje Las Encantada, en Llera, con rendimientos mínimos de estiaje (mes de mayo) de hasta 0.55 metros por segundo, según análisis entre 1950 a 2016 (75 años), y entre 1.10 y 3.33 metros en la mayor parte del año.

La última fue la más económica y viable, y desde entonces se propone como alternativa adicional a las fuentes actuales.

Según los anteproyectos, en el Guayalejo se instalaría una galería filtrante con obra de toma, estación de rebombeo y tanque de almacenamiento de cambio de régimen. De ahí se traería por gravedad hasta Victoria.

Aun con la sustracción de un metro cúbico, quedaría en el río suficiente agua para compromisos de riego y consumo humano.

Desde la toma a la meseta más alta sobre la sierra de Llera se requiere de un bombeo total de 240 metros columna agua.

-Desde Llera ¿en lugar de la segunda línea del acueducto?

-No. También es conveniente porque permitiría cubrir la demanda al año 2030 o  2035.

-¿Hacer las dos obras?

-Correcto, pero además, la adicional permitirá el desarrollo económico de la ciudad. Ahorita no hay inversión, sobre todo en la industria maquiladora, por falta de agua.

-¿Cómo andan los costos en La Encantada?

-Similar a lo de la segunda línea del acueducto, la distancia es prácticamente la misma. Estamos hablando de 56 kilómetros, y de la segunda línea serían 54. Básicamente el mismo costo.

No habla sobre el viento. En 2020 hicieron una evaluación con índices de costo -porque no hay proyecto  ejecutivo- y determinaron  coincidencias presupuestales para traer los  mismos mil litros por segundo.

-El ahorro ¿es el rebombeo?

-Sí. Prácticamente se eliminarían todos. La ciudad sería irrigada por gravedad, se llegaría  a la parte alta, conectar los tanques y de ahí directamente a la red.

En síntesis: Se necesitan dos bombeos, uno en la fuente de captación y otro a mitad de camino a lo más alto de la sierra de Llera. Luego por gravedad hasta un tanque ubicado en la colonia Amalia González Caballero, al poniente de ciudad Victoria.

-Usted como técnico, si tuviera presupuesto ¿cuál de los dos proyectos haría primero?.

-La urgencia es la segunda línea. La gran ventaja  es que ya se  cuenta con el proyecto y creo que fue validado por la propia Comisión del Agua. Acá es una propuesta preliminar.

Más temprano que tarde, según las proyecciones de Antonio Navarro  Beltrán, el acueducto desde La Encantada tendrá que ejecutarse por su economía en mantenimiento.

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