La frialdad del Cabecita Rodríguez contrasta con la cercanía de Jurgen Damm en presentación de refuerzos del América
El Cabecita Rodríguez fue el que menos tiempo estuvo en el césped del Estadio Azteca, fue el último en entrar y el primero en salir, respondió dos preguntas y aventó tres balones a la grada, para después marcharse a los vestidores.
Jurgen Damm se anunció: «esto es un sueño hecho realidad», regaló sus zapatos y firmó playeras, mientras que la primeras palabras del Jonathan el Cabecita Rodríguez fueron: «Es una oportunidad que quiero aprovechar al máximo», para después patear tres balones hacia a las gradas del Azteca y marcharse al vestidor, en la ceremonia que hizo el América para presentar sus refuerzos.
La cercanía de Jurgen Damm con la afición del América contrastó con la frialdad de Jonathan Rodríguez, en la fiesta que organizó el América con sus aficionados en el Estadio Azteca.
El Cabecita Rodríguez fue el que menos tiempo estuvo en el césped del Estadio Azteca, fue el último en entrar y el primero en salir, respondió dos preguntas y aventó tres balones a la grada, para después marcharse a los vestidores.
Al contrario, Jurgen Damm aseguró que cumplía un sueño al jugar con el América, fue el refuerzo que más tiempo dedicó a los aficionados, aventó sus zapatos a la grada, caminó descalzo, firmó playeras y tuvo que ser llevado a los vestidores por la seguridad, porque ya estaba a punto de iniciar el entrenamiento.
Entre ellos dos estuvo Néstor Araujo, que llegó al América con la ilusión de un campeonato y con tiempo de atender a los 15 mil aficionados, aproximadamente, que se citaron al entrenamiento de los Azulcremas y presentación de los refuerzos, en el Estadio Azteca.
Damm es el jugador que llega con menos reflectores al América, pero es el que más se esfuerza por acercarse a la afición azulcrema. Jonathan Rodríguez, fiel a su estilo, es el jugador con más relumbrón de las Águilas, a espera de demostrar su talento en la cancha y ganarse el aplauso con goles.