En pleno día y horario laboral, los 22 gobernadores de Morena “liberaron” su agenda de trabajo para viajar a la Ciudad de México y atestiguar cómo el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hacía entrega del “bastón de mando” a Claudia Sheinbaum, virtual candidata presidencial en 2024.
No faltó ningún gobernador o gobernadora, incluida la electa que en unos días asumirá el poder en el Estado de México, Delfina Gómez Álvarez.Todas y todos la arroparon y le levantaron el brazo mientras decenas de personas que se congregaron en las inmediaciones del restaurante El Mayor, en el Centro Histórico, gritaban: “¡Presidenta, Presidenta!”
El líder de Morena, Mario Delgado, y la secretaria general del partido, Citlalli Hernández, también estuvieron presentes, así como Karen Castrejón y Alberto Anaya, presidentes nacionales del Partido Verde y del PT, respectivamente.
A la cita también llegaron los exaspirantes Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco, quienes 24 horas antes habían reconocido su derrota en la encuesta que aplicó Morena para definir a su coordinadora de la transformación o, lo que es lo mismo, la candidatura presidencial de 2024.
El único que faltó fue Marcelo Ebrard, quien exactamente a esa hora subió un mensaje a sus redes sociales, aclarando que no será candidato independiente a la Presidencia, y que será el lunes cuando defina su futuro.
A él, y sin mencionar su nombre, Sheinbaum lo volvió a convocar a la unidad: “Desde aquí decimos: las puertas de nuestro movimiento están abiertas”.
La entrega del “bastón de mando” primero se hizo simbólicamente y de forma privada en el restaurante El Mayor, en el Centro Histórico de la CDMX, el mismo espacio en el que, hace tres meses, López Obrador encabezó el cónclave con el que comenzó todo.
A la salida, Ricardo Monreal narró que sólo el presidente y Claudia Sheinbaum tomaron la palabra en el encuentro. Fue una reunión amable en donde todos los demás escucharon.
“El presidente López Obrador ―con su carácter y su calidad de fundador del partido― explicó los pormenores y el simbolismo de la entrega del mando político, del bastón (…) y que lo iba a hacer en la entrada del edificio”, compartió el exsenador.
“El acto previo a la entrega me pareció muy ameno, muy de camaradería, de mucha unidad y el presidente nos exhortó a todos a mantener la cohesión y a mantener esta unidad para fortalecer los valores, los principios y ratificar el proceso de transformación”, agregó.
En la reunión, confirmó, no se mencionó al excanciller Marcelo Ebrard, quien aún se encuentra definiendo su futuro político luego de acusar inconsistencias en las encuestas que hizo el partido y en las que Sheinbaum resultó ganadora.
La reunión privada apenas duró 35 minutos. Después, con López Obrador y Sheinbaum en la vanguardia, todos bajaron las escaleras y salieron del restaurante. Los invitados se acomodaron detrás del presidente y la exjefa de Gobierno, mientras se entregaba ―frente a las cámaras y decenas de simpatizantes― el “bastón de mando”, un palo de madera coronado con la cabeza de un águila, adornado con listones de colores.
Él no dijo palabra alguna. No fue necesario porque todo quedó claro al momento de tomar el brazo derecho de Sheinbaum y levantarlo en todo lo alto, pues en el izquierdo sostenía en “bastón de mando”.
Todos los presentes corearon “¡presidenta, presidenta!”, y su viejo grito de batalla: “¡es un honor estar con López Obrador!”
‘’Tomo este bastón de mando, representación de los valores más profundos de nuestra historia viva, de los pueblos indígenas. Lo tomo con orgullo, compromiso y con humildad, pero con la plena responsabilidad de continuar con el rumbo trazado por nuestro pueblo el de la Transformación que ha iniciado el presidente Andrés Manuel López Obrador’’, dijo Sheinbaum.
Haciendo referencia directa a López Obrador, Sheinbaum añadió: “Vamos a resguardar siempre su legado y hay mucho trabajo por hacer hacia adelante. No sé si se pueda decir, pero ¡vamos por el 2024!”.
